jueves, 2 de febrero de 2012

La búsqueda: testimonio de Leonor Esguerra Rojas

La primera edición publicada de La Búsqueda testimonio de Leonor Esguerra Rojas, se debe al empeño que durante años llevó a cabo Inés Claux Carriquiri gran amiga de Leonor y de la ayuda de unos cuantos amigos que apoyaron la realización de éste material y que hasta hace unos pocos meses sólo se encontraba en unas contadas librerías de la ciudad.  Sin duda, una de las sorpresas con las que finalizó el 2011, y que permiten que se siga conociendo la historia de Colombia, y de los personajes y héroes que recorrieron los años de la violencia pero con ideales de revolución y de consciencia social.

Leonor, llamada en su momento Madre María del Consuelo en el colegio Marymount, entendió que el cambio social que Colombia necesitaba, residía en la capacidad de transmitir la historia del país y la situación convulsa que se vivía hacia el año 1960, a todas las estudiantes e hijas de la élite dirigente. Fue así como puso en manos de las niñas que estarían destinadas a casarse con hombres adinerados y quienes tendrían que aprender a cocinar y portar la etiqueta en la mesa, los dos volúmenes de La violencia en Colombia de Fals Borda  y algunos números de Play boy, y a través de esas lecturas plantear lo que significaba ser cristiano en esa época.

Es así, como recorriendo una a una las páginas de este apasionante relato, se conoce a una mujer que defiende sus ideologías, marxista, romántica y se vive con ella el cambio histórico que sufrió Colombia y ella misma, gracias a los mensajes de revolución que iba recibiendo de los padres jesuitas que llegaban al colegio o de las noticias que se tejían entorno a Camilo Torres, a la formación del ELN y a la lucha armada como la única posibilidad de liberar al pueblo de sus opresores, siendo esta la consecuencia de convertirse en una pieza fundamental en la vida de Fabio Castaño, el fundador del movimiento guerrillero y acompañarlo por el monte, cambiando así los hábitos religiosos por el uniforme del ELN.  

El relato acaba siendo un testimonio de valor, una búsqueda por la libertad ideológica, por la salvación de la historia y la memoria, y por el disfrute de acompañar amores imposibles en medio de la selva y de los lugares recónditos que recibieron a esta mujer que aún hoy con 81 años sigue contando su historia.

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